Qué valor
tiene la vida cuando la muerte pierde valor y cuál es el sentido de existir
cuando dejar de existir es azar…?
Cuando en el
escenario de la cotidianeidad se estrena la obra letal del asesino que priva a otros de su vida en un derrotero
impune de crímenes sin condena, la existencia se empobrece ante la futilidad de
la vida.
Cuando los
legisladores no legislan para la obtención de lo justo y los gobernantes no
gobiernan sino para intereses propios, el pueblo clama justicia y se refugia en
defensa de su vida como su mayor bien.
Cuando el
antisocial permanece en libertad por vía de la impunidad penalmente justificada
y el mensaje social que la justicia brinda es la no sanción del delito, surgen
las prisiones civiles de los ciudadanos que transforman sus viviendas en
guaridas de los sobrevivientes de la criminalidad.
Cuando la vida
pierde valor, los valores pierden vida.
Cuando la
lucha de clases se incentiva, el hombre se convierte en lobo del hombre y ese
canibalismo social alimentado por resentimientos donde solo puede florecer la
violencia , es la gesta de las grandes desgracias de la humanidad que escriben
la historia de los pueblos.
Cuando el
tesoro de la educación que fomenta la conciencia crítica se degrada y a los
valores morales que son cuna de la virtud se los deroga por desuetudo y se
instauran los fanatismos cegados por la vehemencia de la irracionalidad y el
disenso es un atentado, mueren los derechos y se suspenden las garantías para
los pobladores de la sociedad de los valores muertos.
Cuando se
levanta hombre contra hombre y los impíos inmisericordes no retroceden ante
niños ni mujeres, la barbarie se instaura de facto en una sociedad antisocial
que absurda y ruin depriva al semejante del derecho a la vida.
Meditación y
violencia conviven en un carnaval absurdo que avala el crimen sin castigo por
vía de la inacción legislativa y judicial.
La oratoria
vacua teñida de partidismo, lejos de elocutar un mensaje de unión y
pacificación social, agita, adoctrina y divide a los hombres de una misma
nación, que manipulados por vía de una verba violenta en sus sentires actúan
deseos e intereses ajenos, atacando a aquellos ante quienes se creen
enfrentados, cobrándose sus vidas en un intento de hacer de la muerte la última
igualadora.
Civilización
no. Sólo barbarie.
Analia Forti
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