miércoles, 31 de octubre de 2012

EL PESO DEL PASADO

EL PESO DEL PASADO
Por Analia Forti

Cuánto estiman ustedes que pesan vuestros pasados?
Han tenido un pasado de plumas o un pasado de plomo?
Pesa más 1 kilo de plumas o 1 kilo de plomo?
Ambos pesan igual, 1 kilo.
De igual modo pesan todos los pasados, porque todos suelen ser pasados imperfectos.
El tuyo, el mío y el de aquellos que en ese mismo momento aparecen en tu mente y creés que son la excepción y que sus pasados fueron de plumas, livianos y plenos.
El pasado pesa, el tuyo, el mío y el de ellos.
Pesa porque ya no es y no será nunca más, porque al ya no tener posibilidades de volver a ser no hay nada que podamos modificar en él y pesa sobre todo porque lo hemos dejado acumulado en alguna parte de nuestro cuerpo emocional.
                                                            Cuánto pesa…?      
Pesa lo que pesa el desamor, la carencia afectiva, la violencia, los abusos, las pérdidas, los recuerdos, las traiciones, las decepciones, los dolores morales…
El pasado pesa lo que pesa para cada uno de nosotros lo vivido.
El futuro no pesa porque aún no es y ni siquiera sabemos si será para nosotros, pero sin embargo aún sin pesar, agobia.
Agobia porque aún no es y no sabemos si será ni cómo será pero más agobia porque nos hemos formado una idea de cómo debería ser.
El pasado pesa y el futuro agobia.
Y el Presente?
Acaso alcanzamos el satori de la máxima iluminación y si nos entregamos al presente vivimos livianos y libres en contacto con el ahora?
No.
El presente también puede pesar y agobiar, porque no es lo que esperábamos que fuera, porque nos sentimos impotentes al no poder hacer que sea tal y como queremos, porque sencillamente el presente es pasado al instante… es y ya no es…y esto nos angustia.
El pasado pierde peso cuando “aceptamos” todo lo que hubo en él y soltamos amarras de aquél puerto de plumas o de plomo…
El futuro deja de agobiar cuando no despositamos sobre él ninguna expectativa, ni siquiera que llegue …
El presente deja de pesar y de agobiar cuando simplemente “lo aceptamos” tal y como es.
Pero “aceptarlo” no significa reinterpretarlo con expresiones del estilo “si sucede conviene”, porque a veces sucede y no conviene.
Aceptar el presente tal y como es, implica la ardua tarea de”dejarlo ser” y fluir con lo que trae, sin evaluar si conviene o no conviene, simplemente vivenciar lo que es...
Aceptar el pasado, inexpectar el futuro y fluir con el presente, es la ecuación vivencial de la profunda liviandad existencial.

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