Cómo
digo lo que digo?
ES
LA DIFERENCIA QUE MARCA LA DIFERENCIA
Por Analia Forti
Comunicar
no es simplemente enlazar términos cuyos significados unidos transmitan un
mensaje, esto sería una visión extremadamente limitada de lo que implica la
comunicación.
La
comunicación que puede ser verbal o no verbal, escrita o hablada entraña un
arte cuyo manejo con destreza es una de las mayores habilidades sociales con la
que puede contar un ser humano, porque precisamente es imposible no comunicar.
Todo
el tiempo estamos comunicando, con nuestra postura corporal, con nuestra
gestualidad, con nuestras palabras, con nuestra entonación, con nuestra
escritura y con la modalidad de escritura.
No
solo comunicamos mayor o menor destreza en el arte de la comunicación sino
mucho más que eso, comunicamos nuestros estados anímicos, nuestra hostilidad ,
nuestras defensas, nuestro modo de interaccionar con el otro, de manera
frontal, asertiva, manipuladora, conciliadora, confrontativa y una infinidad de
tonalidades comunicacionales de las que muchas veces ni siquiera llegamos a
darnos cuenta.
Sin
embargo, alguien entrenado en la lectura de lo comunicacional fácilmente puede
desentrañar el perfil de quien está comunicando y en base a esto evaluar cuál
será la modalidad comunicacional más adecuada para interaccionar con esa
persona.
Pero
el modo en que digo lo que digo tiene una trascendencia aún mayor, porque un
acertado manejo comunicacional me permite comunicar aún las más crudas
cuestiones de un modo asertivo y sin que el receptor se sienta atacado y por
tal que no se coloque en una posición comunicacional defensiva.
Es
importante descubrir las propias modalidad comunicacionales para saber qué
comunico y cómo lo comunico y poder elegir si esa es la tonalidad en la que
elijo hacerlo o bien buscar nuevos colores adecuados para cada comunicación.
Muchas
veces, el modo en que digo lo que digo, es la diferencia que hace la
diferencia.
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