EL
JUEGO COMO CAMINO
Por
Analia Forti
Cuando
conozco a alguien que destella vida, alegría, entusiasmo, asombro, energía y
amor, suelo descubrir que se trata además de personas que se destacan en la
actividad que realizan y que raramente se percatan de esto.
Centradas
en ellas mismas y en el disfrute de lo que aman hacer, no se detienen a evaluar
logros alcanzados ni méritos ni popularidad, simplemente hacen, se divierten
mientras hacen y deshacen, crean y recrean, atraviesan obstáculos y
dificultades como prendas que son parte del juego y siguen jugando…
El niño
que los habita aún no ha sido relegado al olvido, no necesitan mostrar sino
ser, pero tan destellante es su ser que inevitablemente resplandece.
Capaces
de alegrarse con un atardecer y de sentir dicha por un logro ajeno, vibran con
la vida y la luminosidad, son himnos a la existencia que deshabitados de
competitividad alcanzan sin embargo, éxitos no buscados.
Sin
aspiraciones de brillar, brillan… sin el objetivo de ser reconocidos, son
reconocidos… sin necesitar destacarse, se destacan… sencillamente porque juegan
a vivir… no batallan, no luchan, no pelean, no avasallan, no murmuran, no
rumian, no planean estrategias de poder, no se comparan, no agigantan sus
conquistas , simplemente juegan…
No se propusieron
llegar a ningún lugar y sin embargo llegan, allí donde era su lugar…
La vida
es juego…
El
juego es hacer sin otro objetivo más que divertirse, gozar, disfrutar del
hacer…
Los
niños juegan y son felices cuando no esperan obtener nada del juego, más que
jugar.
Aprender
a jugar siendo adultos es recordar aquél tiempo de juego sin objetivo, por el
mero placer de jugar, centrado en el presente de cada día, sin más aspiración
que la de sentirse vivo a cada instante con lo que existe en mi vida hoy.
Alguna
vez pregunté a alguien como parte de una Capacitación qué quería lograr en su
vida? “ser la mejor” respondió… pregunté entonces qué es para vos “ser la
mejor” y resultó ser que se trataba de “ser reconocida profesionalmente”…
No
había juego, no había disfrute… sino necesidad … y la experiencia indica que
quien juega por necesidad … pierde por obligación…
Jugar a
vivir implica abandonarse a la experiencia de ser y hacer sin más objetivo que
disfrutar de lo vivido.
Jugar
es un modo de estar en el mundo…