GESTALT TRAINING CENTER BUENOS AIRES . Directora Analia Forti . Consultora Psicológica. Terapeuta Gestalt . Miembro de la Red Latina de Terapeutas Gestálticos . Escritora
martes, 11 de diciembre de 2012
QUÉ MIRAMOS CUANDO NO QUEREMOS VER ?
QUÉ MIRAMOS CUANDO NO QUEREMOS VER…?
Por Analia Forti
Cuando la verdad es demasiado dolorosa o angustiante
y cuando mirarla cara a cara implique la necesidad de tomar decisiones que
inevitablemente tendrán consecuencias, entonces jugamos el juego que denomino
“barriendo bajo la alfombra”, vemos sin querer mirar, miramos sin querer ver,
nos autoengañamos sabiendo que lo estamos haciendo y seguimos “como si” nada
hubiera sucedido.
Nuestro entorno sabiendo de la evidencia silenciada
por nuestra necesidad de ver sin mirar, entiende que este es el juego que
queremos jugar y participa del mismo, haciendo “como si” no viera lo que vé.
La tierra bajo la alfombra se acumula así soterrada
sin ser nombrada ni expulsada del espacio emocional y crece en volumen y
angustia, el silencio agiganta lo no dicho y la negación y racionalización se
transforman en nuestra modalidad de defensa ante la angustia.
Quienes se “muerden” para no decir, no hacen más que
reprimir su necesidad de expresar su enojo, dolor , angustia o tristeza,
sentimientos que almacenarán dentro de sí aumentando la tensión emocional
interna hasta que la explosión o implosión ocasionen daños mayores a los
temidos y por eso acallados.
Mirar sin ver o ver sin actuar en consecuencia, es
un absurdo modo de entramparse a uno mismo, buscando evitar lo que
inevitablemente sucederá en algún momento, tal vez cuando ya se demasiado
tarde.
Callar, silenciar, saber sin querer aceptar, negar,
racionalizar, justificar, pueden ser opciones funcionales momentáneamente pero
no perduran en el tiempo porque afectan la autenticidad de cualquier vínculo,
donde lo que hacemos de cuenta que no es… es.
Y si es … para qué negarlo?
Qué miramos cuando no queremos ver…?
Miramos nuestra necesidad de seguir viviendo como si
lo que es no fuera tal y como es, miramos nuestro deseo de continuar
idealizando, miramos nuestro supuesto bienestar que no es tal, porque miramos
para otro lado para no mirar para donde sabemos que vamos a ver…
Cuando no queremos ver, miramos lo que creemos será
nuestro bien, sin darnos cuenta que la verdad crece a nuestras espaldas porque
nos negamos a girar la cabeza para darnos cuenta… pero quién podría culparnos…?
Cada quien vive como elige hacerlo y mirar sin
querer ver también es un modo válido de vivir.
jueves, 6 de diciembre de 2012
LAS PAREJAS TENSEGRÍTICAS
LAS
PAREJAS TENSEGRÍTICAS
Por
Analia Forti
En este
intercambio constante de enriquecimiento que existe en el vínculo entre
nosotros y nuestros consultantes, he tenido la oportunidad de recibir de una
consultante arquitecta un término arquitectónico que resulta aplicable a cierta
tipología de parejas con determinada estructura de interacción.
La “ tensegridad
” es un principio estructural, basado en el empleo de componentes aislados
comprimidos que no se tocan entre sí y se hallan unidos únicamente por medio de
componentes traccionados que son los que delimitan espacialmente el sistema.
Estas
estructuras tensegríticas tienen ciertas dificultades entre las cuales se
encuentran, en increíble coincidencia con el sistema pareja, que al aumentar de
tamaño los montajes comienzan a interferir entre ellos y también que para
mantener el estado de auto tensión es necesario que exista un estado de
pretensado que requiere de fuerzas muy elevadas para su estabilidad.
Algunos
sistemas de pareja que podrían considerarse disfuncionales, son sin embargo
funcionales en razón de su interacción tensegrítica, en virtud de la cual
logran un precario equilibrio basado en la tensión constante de sus intercambios.
Pueden jugar diferentes juegos que pueden involucrarlos solo a ellos o ampliar
el sistema pareja a sistema familiar incluyendo a los hijos como piezas
necesarias para sostener el estado de tensión, bien sea estableciendo alianzas
con alguno de ellos o coaliciones, requiriendo así todo el sistema por su
incremento vincular de enormes cantidades de energía destinada al mantenimiento
de la homeostasis.
Una pareja que
convive bajo el mismo techo pero funcionando como “separados de hecho”, sin que
exista nada nombrado ni reglas claras de interacción vincular, sostiene una
estabilidad basada en la tensión de supuestos y sobreentendidos, de igual
manera que aquellas parejas en que una sospecha de infidelidad sobrevuela
silenciada el vínculo sin que nadie nombre ni devele, sosteniendo el sistema en
base a la tensión del evidente secreto.
Si tan solo
uno de los integrantes de la pareja rompiera el estado de tensión, nombrando lo
silenciado, el sistema se desmaterializaria y la estructura sin tracción
emocional perdería toda estabilidad. En ciertos juegos de seducción en los
cuales prevalecen rasgos histeroides, el juego perdura en tanto el “seducido”
no cae presa de su seductor y de este modo consigue mantener el estado de tensión.
Por el contrario, si presa de los encantos y galanteos mostrara su deleite y
entrega romántica, perdido el estado tensional que asegura la seducción sin
seducido el sistema volveria a desmaterializarse, ya que los componentes del
juego ya no se mantendrían aislados y sin tocarse entre sí, únicamente
traccionados por el deseo.
Compartiendo
este concepto con un reconocido terapeuta familiar sistémico con quien me formé,
juntos nos maravillamos confirmando que sin lugar a dudas todo sistema vincular
tiene su propia arquitectura, comprometiéndonos a explorar más a fondo sus
peculiares estilos.
Gracias a vos,
que sin saberlo, construiste un puente entre tus conocimientos y los nuestros…
lunes, 3 de diciembre de 2012
LA MUTILACIÓN DEL SER AUTÉNTICO
LA MUTILACIÓN DEL SER AUTÉNTICO
Por Analia Forti
El camino del ser, es un sendero que comienza con la aceptación de
este que soy, tal y como soy aquí y ahora, sin que esa aceptación esté
condicionada a llegar a ser aquél que creo debería ser.
Aceptarme implica presente, me acepto hoy y es desde esa aceptación
que puedo transformarme hasta convertirme en quien auténticamente soy.
Me acepto excedido de peso, me acepto enfermo, me acepto triste, me
acepto desmotivado, me acepto frustrado, me acepto furioso, me acepto tal como
estoy y me siento, porque todo lo que siento es parte de mí y todo mi ser es
valioso tal y como es aquí y ahora.
Acepto aún el no poder aceptarme hoy, porque este es mi sentir y
validarlo es validarme.
Solo es posible un cambio a partir de la aceptación de mi ser y es por
esta razón que el único cambio posible es convertirte en quien auténticamente
sos.
La vida está colmada de circunstancias dolorosas que pueden ser
vivenciadas como oportunidades para el despliegue de nuestro ser auténtico y
son numerosas las veces en que perdemos de vista que toda dificultad es también
posibilidad y que son los trances difíciles los que templan el espíritu y nos
conducen al descubrimiento de recursos internos para afrontarlos.
Una existencia sin obstáculos es como un terreno llano y transitable,
que no requiere mayores esfuerzos para ser recorrido y por ello tampoco exige
el desarrollo de habilidades ni destrezas mayores. Sin embargo, un territorio
difícil con obstáculos a sortear requiere de pericia en quien ha de transitarlo
y así una vez superada cada prueba se habrá afianzado la confianza en los
propios recursos para afrontarlas y salir victorioso.
Cuando no nos aceptamos tal y como somos, cada vez que nos
desaprobamos y sentimos que hay en nosotros algo indeseable e incorrecto, en
cada oportunidad en que juzgamos algo nuestro como inaceptable, estamos
rechazándonos a nosotros mismos. Si nuestro crítico interno se alimenta cada
día de juicios de valoración negativos, la búsqueda de castigo será una
constante en nuestra vida y aprenderemos a vivir culpándonos por ser quienes
somos y castigándonos por eso tratando de ser quienes no somos y de vivir como
suponemos deberíamos vivir para ser aceptables para otros, mutilando así
nuestro auténtico ser.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
EL JUEGO COMO CAMINO
EL
JUEGO COMO CAMINO
Por
Analia Forti
Cuando
conozco a alguien que destella vida, alegría, entusiasmo, asombro, energía y
amor, suelo descubrir que se trata además de personas que se destacan en la
actividad que realizan y que raramente se percatan de esto.
Centradas
en ellas mismas y en el disfrute de lo que aman hacer, no se detienen a evaluar
logros alcanzados ni méritos ni popularidad, simplemente hacen, se divierten
mientras hacen y deshacen, crean y recrean, atraviesan obstáculos y
dificultades como prendas que son parte del juego y siguen jugando…
El niño
que los habita aún no ha sido relegado al olvido, no necesitan mostrar sino
ser, pero tan destellante es su ser que inevitablemente resplandece.
Capaces
de alegrarse con un atardecer y de sentir dicha por un logro ajeno, vibran con
la vida y la luminosidad, son himnos a la existencia que deshabitados de
competitividad alcanzan sin embargo, éxitos no buscados.
Sin
aspiraciones de brillar, brillan… sin el objetivo de ser reconocidos, son
reconocidos… sin necesitar destacarse, se destacan… sencillamente porque juegan
a vivir… no batallan, no luchan, no pelean, no avasallan, no murmuran, no
rumian, no planean estrategias de poder, no se comparan, no agigantan sus
conquistas , simplemente juegan…
No se propusieron
llegar a ningún lugar y sin embargo llegan, allí donde era su lugar…
La vida
es juego…
El
juego es hacer sin otro objetivo más que divertirse, gozar, disfrutar del
hacer…
Los
niños juegan y son felices cuando no esperan obtener nada del juego, más que
jugar.
Aprender
a jugar siendo adultos es recordar aquél tiempo de juego sin objetivo, por el
mero placer de jugar, centrado en el presente de cada día, sin más aspiración
que la de sentirse vivo a cada instante con lo que existe en mi vida hoy.
Alguna
vez pregunté a alguien como parte de una Capacitación qué quería lograr en su
vida? “ser la mejor” respondió… pregunté entonces qué es para vos “ser la
mejor” y resultó ser que se trataba de “ser reconocida profesionalmente”…
No
había juego, no había disfrute… sino necesidad … y la experiencia indica que
quien juega por necesidad … pierde por obligación…
Jugar a
vivir implica abandonarse a la experiencia de ser y hacer sin más objetivo que
disfrutar de lo vivido.
Jugar
es un modo de estar en el mundo…
martes, 27 de noviembre de 2012
MEDIRSE CON EL OTRO, UN EJERCICIO DESACERTADO
MEDIRSE CON EL OTRO, UN EJERCICIO DESACERTADO
Por Analia Forti
No hay un gasto de energía tan inútil como el
realizado para comparar al otro con nosotros, no solamente insume tiempo,
pensamiento, energía y rumia sino que los resultados que la operación arroja
siempre son inevitablemente desacertados.
Compararse con otro implica la necesidad de
introducir en la evaluación una serie de datos que informen aspectos variados
de la vida de ese otro que en su mayoría desconocemos y a los que no tenemos
chances de acceder, por lo cual intentamos medir en razón de lo evidente que
suelen ser los resultados alcanzados, pero cómo saber las variables que
intervinieron en ese resultado?
Por si esta falta de datos fuera poco obstáculo
existe otro quizás más difícil de analizar y consiste en tener la suficiente
objetividad como para evaluar si en caso de haber obrado en mi vida sus exactas
circunstancias hubiera yo contado con los recursos, habilidades, capacidades,
deseo, disposición y decisión de actuar en el sentido en que lo hizo éste al
que estoy mirando.
Medir mis propios logros es la única y real medida,
porque implica mis circunstancias personales actuales e históricas, que solo yo
puedo conocer.
Qué importancia tiene la medida del logro del otro?
Cuál es la meta a la que se supone debo llegar?
Establecer mis propios mojones existenciales no será
una manera de responsabilizarme de mi vida?
Vos sos vos y siempre vas a ser vos.
El otro es el otro y siempre será el otro.
No trates de esforzarte para ser otro.
No hay manera de que seas, hagas, llegues, logres,
lo del otro tal y cómo el otro lo hizo.
Y no sólo no hay manera, sino que si la hubiera no
tendría ningún sentido…
domingo, 25 de noviembre de 2012
VIOLENCIA DE GÉNERO
CARTA
DE LA VIOLENCIA … A LA MUJER
Por
Analia Forti
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Nunca
creíste que podría formar parte de tu vida y transformarla en un oscuro túnel
de miedos, incertidumbres y silencios, como tampoco pensaste ni por un instante
que haría de tu soñando paraíso, tu cárcel, tu infierno, tu laberinto callado y
sufriente. Sin embargo, debes aceptar que nunca actué a tus espaldas ni a
traición, por el contrario, en cada oportunidad me tomé el cuidadoso trabajo de
darte señales algunas explícitas y por qué no decir que otras no tanto…
Sé
que las percibías pero preferías en ese momento dejarlas pasar, justificarlas
como nimiedades que no representaban peligro alguno… Que podría tener de maltrato un insulto esporádico…? Quién
llamaría violencia psicológica a una humillación pública referida a tu exceso
de peso? Acaso no serías poco comprensiva si no disculpabas una inofensiva
aventura sexual de la que además te hicieron sentir culpable?
Empapelé
tus días de indicios e insinuaciones, pero no quisiste creerme, negabas que
fuera yo, que estuviera allí habitando con ustedes en esa casa, ilusamente
insistías en creer que no podía yo vivir en las palabras y en las manos de aquél
a quien tanto conocías y habías elegido como compañero, no era posible para
vos, elegías desconocerme y atribuir mis señales al mal genio, al temperamento,
a una infancia difícil que había vivido quien me ejercía…
El
día que la señal de mi existencia en tu vida fué innegable porque me hice
presente en tu cuerpo, me ocultaste ante todos, cubriendo mis huellas y atribuyéndote
la culpa de mis moradas evidencias y aún sabiendo que todos sabían me seguiste
negando…
No
quisiste aceptarme hasta el final y fué aquella tarde cuando te quité la vida,
que tu muerte denunció lo que te negabas a denunciar…
POSDATA
MUJER
… SI ESTOY EN TU VIDA … NO ME NIEGUES… DENUNCIAME
viernes, 16 de noviembre de 2012
DEL AULA AL CONSULTORIO
DEL AULA AL CONSULTORIO
Por Analia Forti
Como en tantas otras etapas de nuestra vida, la que implica el tránsito
del aula al consultorio es una etapa colmada de dudas, miedos e inseguridades,
en la cual aparece el “cómo” simbolizando una sombra misteriosa que pareciera
que nadie está dispuesto a develarnos, quizás porque no existe “la respuesta”
sino la que cada uno encuentre en el caminar que vaya caminando entre
experiencia y experiencia profesional.
El aula es esa “gran madre” que cobija a los alumnos, aprendices, que
están allí incorporando conocimientos de sus docentes que como ese “gran padre”
proveen los conocimientos y los recursos necesarios para que sus alumnos
desplieguen su potencial y puedan iniciar el vuelo de la propia vida
profesional.
Cuando llega el momento de iniciar el tránsito del aula a la actividad
profesional y mamá aula ya no cobija y papá proveedor ya no provee, podemos
buscar nuevas madres y padres para que continúen sosteniéndonos o bien podemos
abrir las alas y emprender el vuelo que cada uno decida emprender.
Vuelos hay muchos, los hay cortos y seguros, otros vertiginosos y
orientados a las altas cumbres, los hay rasos hasta tomar confianza, hay vuelos
en bandada o solitarios, hay tantos vuelos como aves…
Y hay también maneras de volar, se puede volar con la modalidad “entorno”
que se desarrolla mirando siempre lo que hizo el otro para imitar, guiarnos o
emular, también existe la modalidad “ innova” que implica seguir la propia
intuición y abrir nuevos senderos nunca transitados y el modo “ adhesivo” que
se sustenta buscando adherirse, sumarse, incorporarse al vuelo que han
emprendido otros renunciando a la construcción de la modalidad propia.
Todos los modos de vuelo son válidos, cada quien vuela como se siente
capaz de hacerlo, no hay “un modo” de volar.
Nadie puede transmitirles el “cómo” hacer el pasaje del aula a la vida
profesional, pueden decirles el “como personal” de cada quien, pero el de
ustedes tendrán que encontrarlo por sus propios aprendizajes, con sus propias
caídas y sus personales modos de remontar nuevamente el vuelo.
Quienes ya estamos volando, a nuestro modo, podemos brindarles el mapa
para que conozcan la geografía y el paisaje de aquellos lugares por los que
tendrán que volar y podemos también regalarles el tesoro de nuestra información
acopiada en nuestras horas de vuelo, sobre el clima, las temperaturas, los
peligros, las posibilidades de cada terreno…pero solo podemos brindarles el
mapa … y el mapa ya saben ustedes que no es el territorio… el territorio tendrán
que transitarlo ustedes mismos y abrir nuevos cielos para crear nuevas
modalidades de vuelos y así un día sentarse con nosotros a intercambiar
experiencias de travesía.
Diciembre es la temporada en que muchos pichones emigran de las aulas
en busca de sus propios cielos y es preciso que sepan que se gana altura
desplegando las alas y asumiendo el riesgo de volar !!!
jueves, 15 de noviembre de 2012
Este Centro Gestáltico se orienta a formar Profesionales capaces de facilitar en otros el desarrollo de sus potencialidades y acompañarlos en el camino del autodescubrimiento, facilitando en ese otro la aceptación de su ser auténtico.
El Equipo Multidisciplinario a cargo de este Centro Gestáltico orienta su tarea a transmitir los conocimientos del Enfoque Gestalt con absoluta sujeción a los principios y filosofía del Enfoque Gestáltico que es vivencial y experiencial.
Como Gestaltistas hemos descubierto que la experiencia de llegar a ser uno mismo florece en una situación relacional cálida y de aceptación incondicional, en la cual se respete la libertad de elegir y ser. Por eso nos orientamos en nuestra tarea a formar Profesionales en Gestalt que transiten su propio descubrirse y que despojados de las máscaras que ocultan su ser genuino, faciliten desde su experiencia, el contacto con el otro de su ser auténtico.
EQUIPO PROFESIONAL
Somos un Equipo de Profesionales con vocación por la ayuda y el desarrollo del potencial humano, que juntos trabajamos en este espacio abierto y de continuo crecimiento como es GESTALT TRAINING CENTER BUENOS AIRES.
Nuestra filosofía de vida es Gestáltica y por eso nos orientamos a vivir nuestras vidas con sentido, con espontaneidad y en contacto con nuestra capacidad de sentir y de expresar en forma creativa nuestro ser auténtico.
El aprendizaje que nos orientamos a brindarles a nuestros alumnos es la actitud de enseña,r aprendiendo a estar cada vez más en contacto con su ser auténtico respetando y validando el ser que son, sin importar qué o cómo sean, para que ellos puedan seguir creciendo y aprendiendo en tanto trabajan para facilitar este autodescubrimiento del ser genuino en otras personas.
En este camino que emprendimos desde 2010 de enseñar el Enfoque Gestalt, hemos crecido y aprendido individualmente y como Equipo en la realización de nuestra tarea gracias a la confianza de nuestros alumnos y consultantes que nos acompañan con su búsqueda de vivir siendo quienes auténticamente son.
MODALIDAD DE LA FORMACIÓN EN NUESTRA ESCUELA DE GESTALT
Cada año convocamos una nueva Promoción y se organiza un Equipo de Colaboradores en crecimiento y expansión del cual forman parte los Pasantes destacados que surgen de nuestro Programa Anual de Pasantías ofrecidas a nuestros alumnos ya egresados.
Dentro de la formación en Gestalt incluimos el Abordaje Psicocorporal Danzaterapeútico para facilitar el desbloqueo de las corazas musculares y asi liberar el contenido emocional del pasado almacenado en ellas, recuperando la facilidad de movimiento y expresión.
Somos concientes que vivimos un tiempo en el cual la conciencia está orientada hacia el afuera , hacia lo que los otros esperan de mí en lugar de enfocarnos en lo que sucede en nuestro interior y sabemos también que las señales de ese desequilibrio causado por el estrés y la ansiedad de este modelo de búsqueda de éxito y aprobación con evitación del fracaso y la desaprobación, se manifiesta en síntomas físicos y emocionales y es por esta razón que nuestra tarea se orienta al aquí y ahora vivencial y fenomenológico, enfocándonos en el Darse Cuenta de sí mismo y del mundo.
Durante toda la formación trabajamos con nuestros alumnos en el traer al presente situaciones del pasado inconclusas para poder cerrarlas y facilitamos en ellos la integración de las Polaridades para que aprendan a reconocer y satisfacer sus necesidades reales y actualizar su ser para seguir creciendo de una manera genuina.
www.afcounselingcenter.com.ar
JOSÉ CUBAS 3680 PISO 6º DTO D . 3966 2695 .
VILLA DEVOTO . BUENOS AIRES . ARGENTINA
NO HAY PROFESIONES SINO PROFESIONALES
NO
HAY PROFESIONES SINO PROFESIONALES
Por
Analia Forti
En algún
momento de mi vida, en el cual era aún muy joven con poca experiencia y algunas
ideas desacertadas sobre la vida, creí que la valía la tenían las profesiones y
dentro de ellas había construído mi propio escalafón de profesiones valiosas
encabezado por la Medicina, ciencia a la que consideraba del mayor altruismo y
compromiso por lo cual consideraba a los profesionales de la medicina dignos
del máximo respeto por sobre todas las profesiones. En mi personal
categorización profesional le seguían a los médicos los profesionales del
Derecho, los abogados que advogaban por los derechos de las personas y eran
ellos para mí ingenua juventud respetables doctores de la ley.
Luego ya en
menor medida y sentido descendente le seguían otras profesiones, pero ninguna
calificaba en su valor tanto como aquellas que protegían la salud, la vida , la
libertad y los derechos del ser humano.
Finalmente y
como inevitablemente sucede el tiempo pasa y la juventud también pero llega la
conciencia crítica, la experiencia de vida y los aprendizajes, dolorosos
algunos, tristes otros, pero en definitiva necesarios para construirse como
adulto y para que la ingenuidad dé paso a la genuinidad y así fue que variadas
experiencias me hicieron descubrir, vale decir, aprender que no solo mi
escalafón de valía profesional era cuanto menos desacertado sino una verdad aún
mayor “ no había valía alguna en las
profesiones sino en los profesionales”.
Así expresado,
carece de la reveladora contundencia que tuvo para mí ese darme cuenta, porque
esta evidencia se tornó en certeza y convicción y desde ahí comencé a verlo
todo de modo diferente.
No era valioso
el médico sino este y aquél médico por sus virtudes éticas y morales,
vocacionales y de compromiso y no tan solo por sus destrezas médicas. Y no eran
valiosos los abogados sino este y aquél abogado cuyo sentido de lo justo era lo
suyo de cada uno y no se ajustaban solo a la ley positiva sino a lo equitativo
y moral.
Así descubrí
en el vivir, que un masajista puede confortar más con el calor de sus manos que un diestro
kinesiólogo que abandona al calor de una lámpara a un ser que yace sin compañía
ni palabra hasta el final de una sesión y aún más que un traumatólogo que no
mira al ser humano sino como diagnosis posible desprovisto de su humanidad
emocional.
Me maravillé
al ver como un novato estudiante de
counseling es capaz de sobreabundantes dosis de sanante empatía y aceptación
incondicional , en tanto un encumbrado psiquiatra lesiona con una frase carente
de empatía alguna a un paciente que acude a él en busca de su cura.
No deja de ser
una verdad de evidencia que el más renombrado arquitecto devasta paisajes con
un planeamiento urbano de visión netamente comercial en tanto un paisajista
engalana con su sensibilidad estética un minúsculo sector verde en una plaza
urbana.
No se trata de
profesiones sino de los profesionales, no es la cuestión el hacer sino el
“cómo” de ese hacer.
Lo vocacional
que se escurre en la pasión del ejercicio profesional y se evidencia en lo que
cada profesional transmite en su tarea, en aquello que le brinda al otro, en lo
que dispone de su humanidad para esos otros del hoy y para aquellos otros de
las generaciones venideras, cuando deja plasmada su obra, cuando transmite un
conocimiento, cuando con su hacer profesional construye enriquecimientos
colectivos.
Quizás es por
eso que cada vez que recomiendo un profesional de alguna profesión, lo hago basándome
en la delicada conjunción de su ser y su hacer, porque aprendí que nadie hace
diferente de quien es y como en cada vínculo profesional hay implicado un
vínculo interpersonal, hacer y ser se entrelazan en la trama inseparable del
sujeto que como profesional desempeña su hacer.
lunes, 12 de noviembre de 2012
CADA QUIEN RESPONDE POR SU JUEGO
CADA QUIEN
RESPONDE POR SU JUEGO
Por Analia
Forti
Si algo es
preciso que aprendamos en este camino de nuestro existir es a responder por
nuestras acciones, a responsabilizarnos de las consecuencias de nuestras
acciones, simplemente porque son el devenir necesario de un hacer en el que
está implicada nuestra volición y si la voluntad de hacer es nuestra, nuestras
son también las consecuencias.
Consecuencias
que, al hacer nuestras bajo nuestra responsabilidad nos hacen también
“consecuentes” y nos obligan a vivir de manera adulta y responsable, es decir,
respondiendo por aquello que hacemos.
Quien más,
quién menos, todos en mayor o menor medida desplegamos nuestras habilidades o
inhabilidades sociales en nuestras interacciones con los otros y es en ellas donde
sin darnos cuenta muchas veces , jugamos juegos que generan consecuencias que
nos incomodan, molestan y enojan pero que sin embargo se perpetúan en nuestros
vínculos con nuestro consentimiento silencioso al continuar jugándolos con las
mismas reglas.
Si me dispongo
a hacerte favores, aunque cuando sos vos a quien le toca hacerlos nunca podés y
a pesar de saberlo acepto las reglas y sigo haciendo yo por vos y vos no por
mí, estoy jugando un juego del cual soy responsable.
Si quien llama
para saber cómo estás siempre soy yo y vos solo esperás mi llamado pero nunca
sos quien lo realiza y yo sigo llamándote, soy responsable de que sigamos
jugando el juego del llamador no llamado.
Si nunca te
comunicás conmigo salvo cuando necesitás algo pero a pesar de saberlo cada vez
que necesitás algo y te comunicás yo sigo estando ahí para resolvértelo, soy
responsable de jugar el juego de necesito ser necesitado.
No hay juegos
buenos ni juegos malos, solos juegos responsables, libres de culpas, cargos,
reproches, quejas y lamentaciones, porque tal como en el Antón Pirulero cada
cual que atienda su juego y el que no una prenda tendrá…
Y la prenda
probablemente sea padecer las consecuencias de un juego que no quiere jugar
pero no se atreve a cambiar.
lunes, 5 de noviembre de 2012
LO QUE NO QUEREMOS Y DECIMOS QUE NO PODEMOS
LO QUE NO QUEREMOS Y DECIMOS QUE NO PODEMOS
Por Analia Forti
Pareciera
que nos resulta muy costoso expresar nuestra voluntad tanto ante los otros como
ante nosotros y es por esto que le hemos encontrado un disfraz a esa voluntad
que expresa nuestro deseo y la transforma en aceptable tanto para los otros
como para nosotros aunque el precio del enmascaramiento sea ubicarnos en un
lugar de víctima incapaz, que “queriendo no puede” , aunque sabemos en nuestro
fuero interno
que no somos ni víctimas ni incapaces porque “ pudiendo no quisimos”.
Cuál es el benefició secundario que obtenemos de
ubicarnos en esta posición débil de personas incapacitadas de llevar a adelante
su querer invocando como excusa absolutoria el “ no poder”…?
Quizás en único beneficio sea no hacernos
responsables como adultos de nuestro deseo auténtico y así tener el valor de
afirmar que no busco trabajo porque NO QUIERO, que no cocino porque NO QUIERO,
que no plancho porque NO QUIERO, que con tal o cual persona no me relaciono
porque NO QUIERO, que no llamo a este o aquél familiar porque NO QUIERO y que
las fiestas no vamos a pasarlas con estos o aquellos porque NO QUIERO.
No quiero, No quiero, No quiero, No quiero, No
quiero
En cambio, el entrañable y amigable “no puedo” suena
a deseo impedido por las nefasta circunstancias del afuera
y es por tal
absolutorio de toda responsabilidad.
Me encantaría ir a verte pero NO PUEDO, ojalá
vivieran más cerca para pasar las fiestas con ustedes pero
NO PODEMOS,
más que nada me gustaría poder cocinar yo misma para mi familia pero NO
PUEDO.
No puedo, No puedo, No puedo, No puedo, No puedo
PUEDO PERO NO QUIERO
Cuál es el problema que encierra esta sencilla y
auténtica expresión?
EL TEMOR A LA NO ACEPTACIÓN DEL OTRO, a que se enoje
por mi “ no querer lo que no quiero”, un temor tan absurdo como que alguien
sienta enojo porque otro no siente el mismo deseo que él en el mismo momento y
ante esta no coincidencia de deseos se enoje…
Vincularnos con otro implica como toda interacción
el intercambio de deseos y la aceptación de que existan deseos diferentes entre
ese otro y yo, cuando esto no sucede y no puedo hacerle lugar al deseo
diferente del otro, cuando no hay lugar para dos deseos, nuestras interacciones
vinculares entrarán en un terreno difícil que sería prudente trabajar como
parte del desarrollo personal , ya que estando el mundo constituído por mí y
por otros, será necesario interaccionar en forma permanente con deseos
diferentes a los propios y en caso de no poder hacerlo se verán afectados todos
mis vínculos interpersonales y la calidad de mi vida emociona se irá
deteriorando inevitablemente.
DESENTENDERME DE LA REACCIÓN DEL OTRO es mi derecho
cuando de expresar mi auténtica voluntad se trata y no vivir declarándome NO
PUDIENTE cuando soy un NO QUERIENTE.
Si no querés, expresarlo te ubica en el lugar de
protagonista de tu vida, de tu historia, te hace responsable de tu voluntad, de
tu deseo y de tu ser.
Si no queriendo decís que “no podés” para minimizar
las consecuencias de tu auténtica voluntad, estás actuando un personaje que
víctima de sus partes no crecidas, elije justificarse antes que
responsabilizarse por ser quien es y querer lo que quiero o no querer lo que no
quiere.
Temporariamente el “ no puedo” resulta más cómodo
aunque menos genuino, pero en el largo plazo es el
“ no quiero”
quien nos constituye como adultos responsables.
viernes, 2 de noviembre de 2012
LA SOCIEDAD DE LA OTRA MEJILLA
LA SOCIEDAD DE LA OTRA MEJILLA
Por Analia Forti
La sociedad la constituimos todos, pero sin embargo hablamos de ella
como si fuera algún tipo de entidad que está por fuera de nosotros, cuando día
a día con cada actitud estamos aportando nuestro hacer a la construcción de la
sociedad en la cual vivimos.
En cada acción de descompromiso en cuanto a opinión religiosa,
política, bioética o de la temática que se sea, estamos construyendo a esa
“sociedad” que luego juzgamos y a la cual atribuimos la responsabilidad de todo
cuanto nos acontece, cuando lo cierto es que formamos parte de hacer que ese
acontecer acontezca.
Si hay alguna violencia social que me preocupa mayormente, porque la
entiendo madre de toda violencia, es la violencia de la indiferencia social hacia
la muerte.
Naturalizar la violencia y ubicarla en el lugar de “lo cotidiano” ya
era suficientemente grave, pero nos hemos atrevido a dar un paso más, el de la
indiferencia.
Somos una sociedad que denomino “sociedad de la otra mejilla” pero en
el peor y más horroroso de los sentidos, en el sentido del desentendimiento, de
la ausencia de compromiso, del mirar hacia otro lado, de la inacción social,
política y profesional.
Nos hemos transformados en una sociedad alienada, anómica, amoral que
mira a un punto de fuga y de soslayo hace que se espanta de los espantos que
gesta con su actitud sin actitud social responsable.
“Hoy mataron a otra en Rosario” …
“Viste lo de las pibas abusadas por el falso productor de televisión”
“Quemaron a otra”
“Te enteraste de la chica que quedó cuadriplégica por Bulliyng”
“Lo mataron delante del hijo para robarle el auto”
Horror, muerte, espanto, abuso, delincuencia, criminalidad, violencia…
pero todo sintónico…no hacen ruido las violencias cotidianas, no hay reacción
social ni compromiso en la acción.
Los medios de comunicación nos preguntan ¿Cuáles serían los modos de
prevención de la Violencia? y los profesionales respondemos largamente sobre
las estrategias preventivas, la psicoeducación, la información, las campañas,
las charlas abiertas a la comunidad, la concientización sobre la violencia, la
prevención en el ámbito escolar y laboral, la protección preventiva de la mujer
en estado de vulnerabilidad emocional…
Pero pocos pronuncian o escriben la verdad.
Una verdad que duele pero que exige ser dicha.
Son pocos quienes se comprometen con esta problemática social.
Somos pocos…
Pocos en relación a la demanda, a la necesidad de trabajo en red, a la
inevitable urgencia de formación de equipos.
Pocos los profesionales que asisten a Capacitarse en Violencia.
Pocos los integrantes de la comunidad que asisten a charlas gratuitas
de prevención.
Pocos quienes se detienen a mirar cara a cara a la muerte por
violencia de todo tipo.
Pocos los que se involucran.
Pero nadie pronuncia esta verdad… la del descompromiso social… la de
una sociedad que pone la otra mejilla a la muerte de otros humanos… la de la
indiferencia colectiva y la muerte masiva…
Pocos somos los que asumimos un compromiso de trabajo, dedicación y
formación en prevención de la Violencia, pero esos pocos tenemos la fuerza que
pugna por la Vida y sabemos que cada persona que recibe información y atención
es una potencial víctima que sale del circuito de violencia donde la colocaba
la desinformación.
Una sociedad a quien no le duelen sus muertos, anestesiada y vencida
por el yugo de la cotidianeidad que ha hecho prevalecer lo urgente sobre lo
importante y que con la mirada fija hacia ese río color de león, naufraga en
las aguas turbias de una anomia social que arrebató a Dios el poder soberano
sobre la Vida y la Muerte , haciéndolo recaer sobre otros hombres, lobos del
hombre…
Se levantarán unos contra otros y se anunciará el final de los
tiempos…
La profecia autocumplidora de una sociedad indiferente a la muerte.
Que la verdad sea dicha.
jueves, 1 de noviembre de 2012
¿NIÑOS OBESOS O NIÑOS SIN BESOS?
¿NIÑOS
OBESOS O NIÑOS SIN BESOS?
Por
Analia Forti
Cuando
a un niño le sucede alguna alteración en sus conductas suelen los papás pensar
en todo tipo de causa biológica, razón por la cual acuden inmediatamente al
pediatra pero pocas veces toman en cuenta circunstancias emocionales y
afectivas, tal como si lo “bío” no incluyera las emociones que sin dudas forman
parte de la Vida del ser humano y del niño en igual medida.
Por
este motivo es habitual atribuir la responsabilidad de la obesidad a causas
físicas como la vida sedentaria o el desorden en los horarios de comida o bien
en la calidad de los alimentos que consumimos pero dejamos de lado la
existencia e incidencia de los factores emocionales que son de importancia a
todas las edades y a pesar de que presumimos que los niños “ no tienen
preocupaciones” sí las tienen aunque sean diferentes a las que tenemos los
adultos.
Cuántos
nos cuesta a veces acercarnos al mundo de los niños!!!
Ellos
suelen no saber diferenciar entre la sensación de hambre y la sensación
corporal que producen algunos estados emocionales como la tristeza, el miedo o
el enojo y a veces los papás tampoco saben distinguirlas ni siquiera en ellos
mismos por lo cual tampoco pueden guiar al niño para que pueda hacerlo y es ahí
que la niñez emocional de ambos queda igualada y entonces suele suceder que son
los papás quienes al observar que su hijo se encuentra emocionalmente
pensionado le ofrecen caramelos, alfajores o galletitas dulces para
“distraerlos” del miedo, enojo o tristeza que sienten y allí se refugian los
pequeños en busca de consuelo internalizando un patrón de conducta que indica
que los sentimientos se obturan comiendo.
Aunque
pueda parecer excesivo, la falta de conocimiento de estas emociones en los
niños también puede causar que ciertos mecanismo de respuesta ante el peligro
aparezcan desajustados y esto dé lugar a estados ansiosos que luego se buscará
apaciguar nuevamente comiendo, ya que la masticación y la trituración de la
comida son formas naturales para combatir la ansiedad y así puede crearse un
hábito de enfrentar miedos masticando ciertos alimentos, sobre todo aquellos
altamente proteicos como la carne o el chocolate que cuentan en su composición
química con elementos que elevan los niveles de serotonina, que constituye una
de las sustancias que se encuentra disminuída en los estados depresivos.
Cuando
el alivio a la tristeza, al enojo, a la soledad, al miedo, lo brinda un
chocolate y no unos brazos maternos o paternos que sostengan, abriguen y
contengan, estamos ante una posible obesidad infantil por factores emocionales
y afectivos, nos guste aceptarlo o no, vayamos al pediatra o no, nos derive a
un nutricionista infantil o no, no habrá profesional de la salud que nos
confeccione una dieta de amor, mirada y presencia.
Dentro
de las causas emocionales de la obesidad infantil no debemos dejar de tener en
cuenta los conflictos entre los papás, que cuando existen ocasionan en los
hijos tensión emocional, angustia y es la comida la única fuente de
satisfacción que encuentran cuando papá y mamá no están disponibles para
atender sus necesidades emocionales porque están centrados en “sus propias
guerras”.
En
los niños que viven maltrato psicológico, el cual incluye decirle “ ves que
siempre hacés todo mal” o “ que raro que
rompas algo otra vez” , o maltrato físico , que incluye el “cachetazo merecido”
o “el chirlo inofensivo” o bien “ el tirón de pelo para que entienda” suelen
asociar de manera la imagen de delgadez
con vulnerabilidad y por eso buscan de forma inconsciente aumentar de peso, a
falta de besos…
La
Dieta del Amor para los Hijos solo pueden diseñarla los papás, es económica
monetariamente hablando pero costosa en cuanto a tiempo y dedicación.
Cuando
los papás creen que hay que ponerle candado a la heladera es porque antes
fueron ellos quienes pusieron un candado a su afecto y entonces los hijos
descubrieron que la puerta de la heladera o de la alacena estaba más disponible
que los brazos, mirada, escucha y mimos de mamá y papá.
Dieta
del Amor a los Hijos
Besos
por la mañana aunque estén dormidos
Comidas
en la mesa acompañados y sin televisión, con diálogo sobre su día
Besos
por la noche y disponibilidad a escuchar a toda hora
Abrazos
Mirada
de valoración
Palabras
de reconocimiento
Presencia
Tiempo
Atención
Todo
en cantidades sobreabundantes…
Si
bien nunca se deben descartar los factores biológicos tampoco ignoremos los
emocionales porque nuestro cuerpo está habitado por órganos y emociones que si
conviven armónica y solidariamente harán que la salud permanezca en equilibrio,
pero habiendo desavenencias la homeostasis se romperá y la enfermedad hará su
entrada en escena.
miércoles, 31 de octubre de 2012
EL PESO DEL PASADO
EL PESO DEL PASADO
Por Analia Forti
Cuánto estiman ustedes que pesan vuestros
pasados?
Han tenido un pasado de plumas o un pasado de
plomo?
Pesa más 1 kilo de plumas o 1 kilo de plomo?
Ambos pesan igual, 1 kilo.
De igual modo pesan todos los pasados, porque
todos suelen ser pasados imperfectos.
El tuyo, el mío y el de aquellos que en ese
mismo momento aparecen en tu mente y creés que son la excepción y que sus
pasados fueron de plumas, livianos y plenos.
El pasado pesa, el tuyo, el mío y el de
ellos.
Pesa porque ya no es y no será nunca más,
porque al ya no tener posibilidades de volver a ser no hay nada que podamos
modificar en él y pesa sobre todo porque lo hemos dejado acumulado en alguna
parte de nuestro cuerpo emocional.
Cuánto
pesa…?
Pesa lo que pesa el desamor, la carencia
afectiva, la violencia, los abusos, las pérdidas, los recuerdos, las
traiciones, las decepciones, los dolores morales…
El pasado pesa lo que pesa para cada uno de
nosotros lo vivido.
El futuro no pesa porque aún no es y ni
siquiera sabemos si será para nosotros, pero sin embargo aún sin pesar, agobia.
Agobia porque aún no es y no sabemos si será
ni cómo será pero más agobia porque nos hemos formado una idea de cómo debería
ser.
El pasado pesa y el futuro agobia.
Y el Presente?
Acaso alcanzamos el satori de la máxima
iluminación y si nos entregamos al presente vivimos livianos y libres en
contacto con el ahora?
No.
El presente también puede pesar y agobiar,
porque no es lo que esperábamos que fuera, porque nos sentimos impotentes al no
poder hacer que sea tal y como queremos, porque sencillamente el presente es
pasado al instante… es y ya no es…y esto nos angustia.
El pasado pierde peso cuando “aceptamos” todo
lo que hubo en él y soltamos amarras de aquél puerto de plumas o de plomo…
El futuro deja de agobiar cuando no
despositamos sobre él ninguna expectativa, ni siquiera que llegue …
El presente deja de pesar y de agobiar cuando
simplemente “lo aceptamos” tal y como es.
Pero “aceptarlo” no significa reinterpretarlo
con expresiones del estilo “si sucede conviene”, porque a veces sucede y no
conviene.
Aceptar el presente tal y como es, implica la
ardua tarea de”dejarlo ser” y fluir con lo que trae, sin evaluar si conviene o
no conviene, simplemente vivenciar lo que es...
Aceptar el pasado, inexpectar el futuro y
fluir con el presente, es la ecuación vivencial de la profunda liviandad
existencial.
martes, 30 de octubre de 2012
LA PELIGROSA NECESIDAD DE SER AMADOS Y ACEPTADOS SIN LIMITES
La Peligrosa Necesidad de ser Amados y
Aceptados sin Límites
Por Analia Forti
Quizás uno de los más
difíciles aprendizajes de la vida sea el de ser capaz de establecer límites a
riesgo de que el establecimiento de ellos no sea recibido de buen grado por los
otros y perdamos ese aprecio o aprobación que creíamos tener y digo “creíamos”
porque claramente si alguien no acepta de buen grado el establecimiento de tu
límite, ese aprecio sería cuanto menos “condicional” a tu permisividad.
Y digo también uno de los
más difíciles aprendizajes porque la vida suele brindarnos esta lección muchas
veces y tantas veces nos negamos a aprenderla que finalmente nos ocurre algún
suceso ya del orden de lo abusivo que hace que nuestro respeto por nosotros
mismos se active y ahí aparecen nuestros límites, que suelen surgir de manera
desmesurada, exacerbada por la acumulación de tolerancia y vociferantes
lindantes con el grito, que como ustedes saben descalifican automáticamente a
quien los profiere aunque en su poder esté la más genuina de las razones.
Por eso suelo decir que los
limites no es adecuado establecerlos gritando sino susurrando, porque la fuerza
y la firmeza del límites está en el sostenimiento de los mismos que los hace
intransgredibles y no en el volumen de la voz.
Pero antes de poder susurrarlos
porque estamos seguros ya de que podremos sostenerlos, hay un paso previo para
dar y es desentenderse de la reacción del otro ante el límite que vamos a
establecer, reitero “desentenderse de la reacción del otro”… ésta es la clave.
Si siempre me pide y le
presto y lo hago no porque siento el deseo sino porque puede enojarse si le
digo que “no”, debo desentenderme de su enojo si quiero poder decir “ no, esta
vez no te lo presto”, porque lo cierto es que ese enojo es del otro y es él
quien debe hacerse responsable del enojo que siente cuando recibe un “no” en
lugar de ser nosotros quienes hagamos de su mundo un lugar libre de
frustraciones donde siempre encuentre un “sí” aunque estemos sintiendo un “no”.
Si se enoja…. se enoja… si
deja de querernos, es que nunca nos quiso o si nos quiso lo hacia de un modo
condicional, con lo cual nada de genuino había en un vínculo que estaba
sostenido precariamente por un “si” devenido eterno.
Cuando vivimos pendientes de
una necesidad de ser amados, aceptados y aprobados ilimitadamente, somos
esclavos de la aceptación del otro y de sus deseos y vivimos una vida alejada
de nuestro sentir auténtico que teme que al ser expresado deje de ser querible.
Lo que es, es… y a veces es
“no” “basta” “hasta acá”.
CÓMO DIGO LO QUE DIGO...?
Cómo
digo lo que digo?
ES
LA DIFERENCIA QUE MARCA LA DIFERENCIA
Por Analia Forti
Comunicar
no es simplemente enlazar términos cuyos significados unidos transmitan un
mensaje, esto sería una visión extremadamente limitada de lo que implica la
comunicación.
La
comunicación que puede ser verbal o no verbal, escrita o hablada entraña un
arte cuyo manejo con destreza es una de las mayores habilidades sociales con la
que puede contar un ser humano, porque precisamente es imposible no comunicar.
Todo
el tiempo estamos comunicando, con nuestra postura corporal, con nuestra
gestualidad, con nuestras palabras, con nuestra entonación, con nuestra
escritura y con la modalidad de escritura.
No
solo comunicamos mayor o menor destreza en el arte de la comunicación sino
mucho más que eso, comunicamos nuestros estados anímicos, nuestra hostilidad ,
nuestras defensas, nuestro modo de interaccionar con el otro, de manera
frontal, asertiva, manipuladora, conciliadora, confrontativa y una infinidad de
tonalidades comunicacionales de las que muchas veces ni siquiera llegamos a
darnos cuenta.
Sin
embargo, alguien entrenado en la lectura de lo comunicacional fácilmente puede
desentrañar el perfil de quien está comunicando y en base a esto evaluar cuál
será la modalidad comunicacional más adecuada para interaccionar con esa
persona.
Pero
el modo en que digo lo que digo tiene una trascendencia aún mayor, porque un
acertado manejo comunicacional me permite comunicar aún las más crudas
cuestiones de un modo asertivo y sin que el receptor se sienta atacado y por
tal que no se coloque en una posición comunicacional defensiva.
Es
importante descubrir las propias modalidad comunicacionales para saber qué
comunico y cómo lo comunico y poder elegir si esa es la tonalidad en la que
elijo hacerlo o bien buscar nuevos colores adecuados para cada comunicación.
Muchas
veces, el modo en que digo lo que digo, es la diferencia que hace la
diferencia.
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