QUÉ MIRAMOS CUANDO NO QUEREMOS VER…?
Por Analia Forti
Cuando la verdad es demasiado dolorosa o angustiante
y cuando mirarla cara a cara implique la necesidad de tomar decisiones que
inevitablemente tendrán consecuencias, entonces jugamos el juego que denomino
“barriendo bajo la alfombra”, vemos sin querer mirar, miramos sin querer ver,
nos autoengañamos sabiendo que lo estamos haciendo y seguimos “como si” nada
hubiera sucedido.
Nuestro entorno sabiendo de la evidencia silenciada
por nuestra necesidad de ver sin mirar, entiende que este es el juego que
queremos jugar y participa del mismo, haciendo “como si” no viera lo que vé.
La tierra bajo la alfombra se acumula así soterrada
sin ser nombrada ni expulsada del espacio emocional y crece en volumen y
angustia, el silencio agiganta lo no dicho y la negación y racionalización se
transforman en nuestra modalidad de defensa ante la angustia.
Quienes se “muerden” para no decir, no hacen más que
reprimir su necesidad de expresar su enojo, dolor , angustia o tristeza,
sentimientos que almacenarán dentro de sí aumentando la tensión emocional
interna hasta que la explosión o implosión ocasionen daños mayores a los
temidos y por eso acallados.
Mirar sin ver o ver sin actuar en consecuencia, es
un absurdo modo de entramparse a uno mismo, buscando evitar lo que
inevitablemente sucederá en algún momento, tal vez cuando ya se demasiado
tarde.
Callar, silenciar, saber sin querer aceptar, negar,
racionalizar, justificar, pueden ser opciones funcionales momentáneamente pero
no perduran en el tiempo porque afectan la autenticidad de cualquier vínculo,
donde lo que hacemos de cuenta que no es… es.
Y si es … para qué negarlo?
Qué miramos cuando no queremos ver…?
Miramos nuestra necesidad de seguir viviendo como si
lo que es no fuera tal y como es, miramos nuestro deseo de continuar
idealizando, miramos nuestro supuesto bienestar que no es tal, porque miramos
para otro lado para no mirar para donde sabemos que vamos a ver…
Cuando no queremos ver, miramos lo que creemos será
nuestro bien, sin darnos cuenta que la verdad crece a nuestras espaldas porque
nos negamos a girar la cabeza para darnos cuenta… pero quién podría culparnos…?
Cada quien vive como elige hacerlo y mirar sin
querer ver también es un modo válido de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario