CARTA
DE LA VIOLENCIA … A LA MUJER
Por
Analia Forti
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Nunca
creíste que podría formar parte de tu vida y transformarla en un oscuro túnel
de miedos, incertidumbres y silencios, como tampoco pensaste ni por un instante
que haría de tu soñando paraíso, tu cárcel, tu infierno, tu laberinto callado y
sufriente. Sin embargo, debes aceptar que nunca actué a tus espaldas ni a
traición, por el contrario, en cada oportunidad me tomé el cuidadoso trabajo de
darte señales algunas explícitas y por qué no decir que otras no tanto…
Sé
que las percibías pero preferías en ese momento dejarlas pasar, justificarlas
como nimiedades que no representaban peligro alguno… Que podría tener de maltrato un insulto esporádico…? Quién
llamaría violencia psicológica a una humillación pública referida a tu exceso
de peso? Acaso no serías poco comprensiva si no disculpabas una inofensiva
aventura sexual de la que además te hicieron sentir culpable?
Empapelé
tus días de indicios e insinuaciones, pero no quisiste creerme, negabas que
fuera yo, que estuviera allí habitando con ustedes en esa casa, ilusamente
insistías en creer que no podía yo vivir en las palabras y en las manos de aquél
a quien tanto conocías y habías elegido como compañero, no era posible para
vos, elegías desconocerme y atribuir mis señales al mal genio, al temperamento,
a una infancia difícil que había vivido quien me ejercía…
El
día que la señal de mi existencia en tu vida fué innegable porque me hice
presente en tu cuerpo, me ocultaste ante todos, cubriendo mis huellas y atribuyéndote
la culpa de mis moradas evidencias y aún sabiendo que todos sabían me seguiste
negando…
No
quisiste aceptarme hasta el final y fué aquella tarde cuando te quité la vida,
que tu muerte denunció lo que te negabas a denunciar…
POSDATA
MUJER
… SI ESTOY EN TU VIDA … NO ME NIEGUES… DENUNCIAME
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