jueves, 1 de noviembre de 2012

¿NIÑOS OBESOS O NIÑOS SIN BESOS?

¿NIÑOS OBESOS O NIÑOS SIN BESOS?
Por Analia Forti
Cuando a un niño le sucede alguna alteración en sus conductas suelen los papás pensar en todo tipo de causa biológica, razón por la cual acuden inmediatamente al pediatra pero pocas veces toman en cuenta circunstancias emocionales y afectivas, tal como si lo “bío” no incluyera las emociones que sin dudas forman parte de la Vida del ser humano y del niño en igual medida.
Por este motivo es habitual atribuir la responsabilidad de la obesidad a causas físicas como la vida sedentaria o el desorden en los horarios de comida o bien en la calidad de los alimentos que consumimos pero dejamos de lado la existencia e incidencia de los factores emocionales que son de importancia a todas las edades y a pesar de que presumimos que los niños “ no tienen preocupaciones” sí las tienen aunque sean diferentes a las que tenemos los adultos.
Cuántos nos cuesta a veces acercarnos al mundo de los niños!!!
Ellos suelen no saber diferenciar entre la sensación de hambre y la sensación corporal que producen algunos estados emocionales como la tristeza, el miedo o el enojo y a veces los papás tampoco saben distinguirlas ni siquiera en ellos mismos por lo cual tampoco pueden guiar al niño para que pueda hacerlo y es ahí que la niñez emocional de ambos queda igualada y entonces suele suceder que son los papás quienes al observar que su hijo se encuentra emocionalmente pensionado le ofrecen caramelos, alfajores o galletitas dulces para “distraerlos” del miedo, enojo o tristeza que sienten y allí se refugian los pequeños en busca de consuelo internalizando un patrón de conducta que indica que los sentimientos se obturan comiendo.
Aunque pueda parecer excesivo, la falta de conocimiento de estas emociones en los niños también puede causar que ciertos mecanismo de respuesta ante el peligro aparezcan desajustados y esto dé lugar a estados ansiosos que luego se buscará apaciguar nuevamente comiendo, ya que la masticación y la trituración de la comida son formas naturales para combatir la ansiedad y así puede crearse un hábito de enfrentar miedos masticando ciertos alimentos, sobre todo aquellos altamente proteicos como la carne o el chocolate que cuentan en su composición química con elementos que elevan los niveles de serotonina, que constituye una de las sustancias que se encuentra disminuída en los estados depresivos.
Cuando el alivio a la tristeza, al enojo, a la soledad, al miedo, lo brinda un chocolate y no unos brazos maternos o paternos que sostengan, abriguen y contengan, estamos ante una posible obesidad infantil por factores emocionales y afectivos, nos guste aceptarlo o no, vayamos al pediatra o no, nos derive a un nutricionista infantil o no, no habrá profesional de la salud que nos confeccione una dieta de amor, mirada y presencia.
Dentro de las causas emocionales de la obesidad infantil no debemos dejar de tener en cuenta los conflictos entre los papás, que cuando existen ocasionan en los hijos tensión emocional, angustia y es la comida la única fuente de satisfacción que encuentran cuando papá y mamá no están disponibles para atender sus necesidades emocionales porque están centrados en “sus propias guerras”.
En los niños que viven maltrato psicológico, el cual incluye decirle “ ves que siempre hacés todo mal”  o “ que raro que rompas algo otra vez” , o maltrato físico , que incluye el “cachetazo merecido” o “el chirlo inofensivo” o bien “ el tirón de pelo para que entienda” suelen asociar de manera  la imagen de delgadez con vulnerabilidad y por eso buscan de forma inconsciente aumentar de peso, a falta de besos…
La Dieta del Amor para los Hijos solo pueden diseñarla los papás, es económica monetariamente hablando pero costosa en cuanto a tiempo y dedicación.
Cuando los papás creen que hay que ponerle candado a la heladera es porque antes fueron ellos quienes pusieron un candado a su afecto y entonces los hijos descubrieron que la puerta de la heladera o de la alacena estaba más disponible que los brazos, mirada, escucha y mimos de mamá y papá.
Dieta del Amor a los Hijos
Besos por la mañana aunque estén dormidos
Comidas en la mesa acompañados y sin televisión, con diálogo sobre su día
Besos por la noche y disponibilidad a escuchar a toda hora
Abrazos
Mirada de valoración
Palabras de reconocimiento
Presencia
Tiempo
Atención
Todo en cantidades sobreabundantes…
Si bien nunca se deben descartar los factores biológicos tampoco ignoremos los emocionales porque nuestro cuerpo está habitado por órganos y emociones que si conviven armónica y solidariamente harán que la salud permanezca en equilibrio, pero habiendo desavenencias la homeostasis se romperá y la enfermedad hará su entrada en escena.


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