MEDIRSE CON EL OTRO, UN EJERCICIO DESACERTADO
Por Analia Forti
No hay un gasto de energía tan inútil como el
realizado para comparar al otro con nosotros, no solamente insume tiempo,
pensamiento, energía y rumia sino que los resultados que la operación arroja
siempre son inevitablemente desacertados.
Compararse con otro implica la necesidad de
introducir en la evaluación una serie de datos que informen aspectos variados
de la vida de ese otro que en su mayoría desconocemos y a los que no tenemos
chances de acceder, por lo cual intentamos medir en razón de lo evidente que
suelen ser los resultados alcanzados, pero cómo saber las variables que
intervinieron en ese resultado?
Por si esta falta de datos fuera poco obstáculo
existe otro quizás más difícil de analizar y consiste en tener la suficiente
objetividad como para evaluar si en caso de haber obrado en mi vida sus exactas
circunstancias hubiera yo contado con los recursos, habilidades, capacidades,
deseo, disposición y decisión de actuar en el sentido en que lo hizo éste al
que estoy mirando.
Medir mis propios logros es la única y real medida,
porque implica mis circunstancias personales actuales e históricas, que solo yo
puedo conocer.
Qué importancia tiene la medida del logro del otro?
Cuál es la meta a la que se supone debo llegar?
Establecer mis propios mojones existenciales no será
una manera de responsabilizarme de mi vida?
Vos sos vos y siempre vas a ser vos.
El otro es el otro y siempre será el otro.
No trates de esforzarte para ser otro.
No hay manera de que seas, hagas, llegues, logres,
lo del otro tal y cómo el otro lo hizo.
Y no sólo no hay manera, sino que si la hubiera no
tendría ningún sentido…
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