viernes, 16 de noviembre de 2012

DEL AULA AL CONSULTORIO

DEL AULA AL CONSULTORIO
Por Analia Forti

Como en tantas otras etapas de nuestra vida, la que implica el tránsito del aula al consultorio es una etapa colmada de dudas, miedos e inseguridades, en la cual aparece el “cómo” simbolizando una sombra misteriosa que pareciera que nadie está dispuesto a develarnos, quizás porque no existe “la respuesta” sino la que cada uno encuentre en el caminar que vaya caminando entre experiencia y experiencia profesional.
El aula es esa “gran madre” que cobija a los alumnos, aprendices, que están allí incorporando conocimientos de sus docentes que como ese “gran padre” proveen los conocimientos y los recursos necesarios para que sus alumnos desplieguen su potencial y puedan iniciar el vuelo de la propia vida profesional.
Cuando llega el momento de iniciar el tránsito del aula a la actividad profesional y mamá aula ya no cobija y papá proveedor ya no provee, podemos buscar nuevas madres y padres para que continúen sosteniéndonos o bien podemos abrir las alas y emprender el vuelo que cada uno decida emprender.
Vuelos hay muchos, los hay cortos y seguros, otros vertiginosos y orientados a las altas cumbres, los hay rasos hasta tomar confianza, hay vuelos en bandada o solitarios, hay tantos vuelos como aves…
Y hay también maneras de volar, se puede volar con la modalidad “entorno” que se desarrolla mirando siempre lo que hizo el otro para imitar, guiarnos o emular, también existe la modalidad “ innova” que implica seguir la propia intuición y abrir nuevos senderos nunca transitados y el modo “ adhesivo” que se sustenta buscando adherirse, sumarse, incorporarse al vuelo que han emprendido otros renunciando a la construcción de la modalidad propia.
Todos los modos de vuelo son válidos, cada quien vuela como se siente capaz de hacerlo, no hay “un modo” de volar.
Nadie puede transmitirles el “cómo” hacer el pasaje del aula a la vida profesional, pueden decirles el “como personal” de cada quien, pero el de ustedes tendrán que encontrarlo por sus propios aprendizajes, con sus propias caídas y sus personales modos de remontar nuevamente el vuelo.
Quienes ya estamos volando, a nuestro modo, podemos brindarles el mapa para que conozcan la geografía y el paisaje de aquellos lugares por los que tendrán que volar y podemos también regalarles el tesoro de nuestra información acopiada en nuestras horas de vuelo, sobre el clima, las temperaturas, los peligros, las posibilidades de cada terreno…pero solo podemos brindarles el mapa … y el mapa ya saben ustedes que no es el territorio… el territorio tendrán que transitarlo ustedes mismos y abrir nuevos cielos para crear nuevas modalidades de vuelos y así un día sentarse con nosotros a intercambiar experiencias de travesía.
Diciembre es la temporada en que muchos pichones emigran de las aulas en busca de sus propios cielos y es preciso que sepan que se gana altura desplegando las alas y asumiendo el riesgo de volar !!!

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