DEL AULA AL CONSULTORIO
Por Analia Forti
Como en tantas otras etapas de nuestra vida, la que implica el tránsito
del aula al consultorio es una etapa colmada de dudas, miedos e inseguridades,
en la cual aparece el “cómo” simbolizando una sombra misteriosa que pareciera
que nadie está dispuesto a develarnos, quizás porque no existe “la respuesta”
sino la que cada uno encuentre en el caminar que vaya caminando entre
experiencia y experiencia profesional.
El aula es esa “gran madre” que cobija a los alumnos, aprendices, que
están allí incorporando conocimientos de sus docentes que como ese “gran padre”
proveen los conocimientos y los recursos necesarios para que sus alumnos
desplieguen su potencial y puedan iniciar el vuelo de la propia vida
profesional.
Cuando llega el momento de iniciar el tránsito del aula a la actividad
profesional y mamá aula ya no cobija y papá proveedor ya no provee, podemos
buscar nuevas madres y padres para que continúen sosteniéndonos o bien podemos
abrir las alas y emprender el vuelo que cada uno decida emprender.
Vuelos hay muchos, los hay cortos y seguros, otros vertiginosos y
orientados a las altas cumbres, los hay rasos hasta tomar confianza, hay vuelos
en bandada o solitarios, hay tantos vuelos como aves…
Y hay también maneras de volar, se puede volar con la modalidad “entorno”
que se desarrolla mirando siempre lo que hizo el otro para imitar, guiarnos o
emular, también existe la modalidad “ innova” que implica seguir la propia
intuición y abrir nuevos senderos nunca transitados y el modo “ adhesivo” que
se sustenta buscando adherirse, sumarse, incorporarse al vuelo que han
emprendido otros renunciando a la construcción de la modalidad propia.
Todos los modos de vuelo son válidos, cada quien vuela como se siente
capaz de hacerlo, no hay “un modo” de volar.
Nadie puede transmitirles el “cómo” hacer el pasaje del aula a la vida
profesional, pueden decirles el “como personal” de cada quien, pero el de
ustedes tendrán que encontrarlo por sus propios aprendizajes, con sus propias
caídas y sus personales modos de remontar nuevamente el vuelo.
Quienes ya estamos volando, a nuestro modo, podemos brindarles el mapa
para que conozcan la geografía y el paisaje de aquellos lugares por los que
tendrán que volar y podemos también regalarles el tesoro de nuestra información
acopiada en nuestras horas de vuelo, sobre el clima, las temperaturas, los
peligros, las posibilidades de cada terreno…pero solo podemos brindarles el
mapa … y el mapa ya saben ustedes que no es el territorio… el territorio tendrán
que transitarlo ustedes mismos y abrir nuevos cielos para crear nuevas
modalidades de vuelos y así un día sentarse con nosotros a intercambiar
experiencias de travesía.
Diciembre es la temporada en que muchos pichones emigran de las aulas
en busca de sus propios cielos y es preciso que sepan que se gana altura
desplegando las alas y asumiendo el riesgo de volar !!!
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